miércoles, 11 de enero de 2012

Capitulo 22.


Era sabado. Significa que tenía toda la mañana para dormir, pero no podía. A las siete de la mañana ya estaba con un insomnio que no me lo podría quitar nadie.

Me vestí y salí a la calle, esta vez dejandoles una nota a mis padres sobre la encimera de la cocina, donde les avisaba de que volvería por la noche, que no se preocuparan. Y que sentía saltarme el castigo.

Fui a casa de Pablo, y una vez en su portería lo llamé al móvil, para no despertar a toda su familia.

-¿Que coño?-dijo con voz de dormido, al otro lado del teléfono.
-Pablo, estoy en tu portería. ¿Bajas?
-Joder Paula, joder. Estaba durmiendo.
-Lo siento. ¿Bajas?-volví a repetir.
-Claro. ¿Cuando no hago lo que tu me pides? Ahora voy.-y colgó.

Esperé quince minutos y por fín apareció por la puerta.

-¿Porque has tardado tanto?-le pregunté.- Eres chico, no tienes que peinarte mucho, ni cambiarte 10 veces de ropa, ni maquillarte.

Entonces me fijé en su cara. Tal vez si tenía que maquillarse, o por lo menos eso decía su ojo derecho, que estaba lleno de base.

-¿Porque te has puesto tanta base en el ojo derecho?

Entonces caí. Álvaro... La pelea.

-¿Te lo hizo ayer Álvaro?

Asintió.

-Y también tengo un par de morados por ahí.-dijo señalandose el cuerpo.
-Joder. ¿Y tu que le hiciste?
-Yo nada. Le dije que no pensaba pelearme, que si quería me pegase pero que yo no iba a hacer nada.
-¿Y te pegó? PERO MENUDO SUBNORMAL.
-Ya. Dijo que no era normal pegarme si yo no quería pelear, pero que te lo había prometido a ti, y tenía que cumplirlo.
-Hijo de puta.

Hicimos silencio.

-¿Y como estás?
-Cansado. Alguien me ha despertado.
-Lo siento. Pero no vuelvo a mi casa hasta la noche, así que tu sabrás que haces conmigo majo.
-Vaya, encima ¿tengo que invitarte a desayunar y a comer y tengo que pasar la tarde contigo? Que fresca.
-Me adoras.
-Si. Eso es lo malo.

Reímos. Que genial era Pablo, siempre estaba ahí para mi. Esto no se iba a quedar así. No iba a llamar a la policía, no podía hacerle eso a Álvaro, pero no pensaba dejar que se saliera con la suya.


Pasamos toda la mañana juntos, y después de comer decidí ir a buscar a Álvaro, eso si, no le dije la verdad a Pablo.


Bendita mi suerte, me encontré a Mónica.

-Mónica, espera.-le dijé.
-Tengo prisa. ¿Que quieres? Al final no lograste convencerle ¿eh?
-No... Oye, tengo que hablar con él, no sabrás tú donde está ¿no?
-Ni idea. Prueba en su casa. Primero cuarta.
-Gracias.

No estaba muy segura de lo que estaba a punto de hacer, pero me dirigí a su casa. Si, iba a picar, pero, no me abríria. ¿Para que iba entonces?Bueno, no tenia nada mejor que hacer, eso si era verdad.

Piqué.

-¿Si?

Ese no era Álvaro, seguro.

-¿Está Álvaro?
-No, ¿quien eres?
-Da igual. Nadie.

Salí del portal.

-Hombre mudita, si eres tú.- oí.

Me giré, y en una de las ventanas estaba Eric, su hermano. Todo el mundo se había girado a mirarnos.

Que vergüenza.

-Pero sube mudita, que ahora viene mi hermano. Sube.

Subí. Tenia que echarle la bronca del siglo a Álvaro, y, me daba igual esperar.

-Hola.-le dije a Eric en cuanto subí.
-No te había reconocido mudita, como no hablaste el otro día... Tienes una voz muy bonita ¿sabes?

Reí.

-Pero pasa mujer, no te quedes ahí plantada.

Que chico más majo. Se parecía a Álvaro en cuanto a personalidad. Espero que él no fuese tan imbécil.
Me senté en el sofá, y vi como el cogía una cerveza y se sentaba a mi lado.

-Te diría que si quieres, pero eres menor. No quiero emborracharte y que cometas locuras.

Era adorable.

-Gracias, pero igualmente no bebo. No me hace falta para divertirme.
-Uy si, se vé que llevas una marcha...-dijo cachondeandose.
-Vale, acabo de comprobar que lo de ser imbécil viene de familia.
-Vaya con la mudita. Que mala leche tiene. Veo que hay problemas con mi hermano ¿no? ¿Que os pasa? Menuda la que liasteis ayer ¿eh?
-Lió el, querrás decir.
-Vaya. No estamos de humor ¿eh?
Bah, no te molestes por mi hermano, es bastante capullo, pero es buena persona en el fondo. Viene de familia-dijo guiñandome un ojo.

En ese momento Álvaro llegó a casa.

-¿Otra vez tu aquí?-dijo mirandome.
-Eh, Alvarito, te me calmas con la chica, y le escuchas, que tenéis que hablar.-dijo Eric acariciandole el pelo.- Yo me voy.
-¿Que quieres? ¿Has visto a tu novio, que guapo le he dejado?
-Si. Por eso vengo idiota. ¿Tu de que vas?
-Te lo prometí, niñata. Yo cumplo mis promesas. Veo que tu no. No has llamado a la poli.
-No lo voy ha hacer, no serviría de nada. Pero, tu vuelvete a acercar a él y verás.
-¿Que veré? ¿Me vas a pegar tu? JÁ.
-Te odio.
-Me quieres.
-TE ODIO.
-¿Me odias?
-Si. Te odio, te odio, y te odio.
-Y ¿todo ese amor que me tenías?
-Me he dado cuenta de que no me quieres. Nunca lo has hecho. Nunca me lo has demostrado ni has estado ahí para mi.
-Te equivocas.
-¿Si? Y ¿donde estabas cuando mi corazón se rompía por ti? ¿Donde estabas cuando el silencio me invadia, y te ibas de mi lado? Cuando, yo perdía todo mi tiempo pensando en ti, y haciendo de todo para verte feliz, ¿donde estabas? ¿Y cuando toda mi vida se fue al garete? ¿Eh? ¿Donde estabas? Que aunque yo te quiera, esto se a acabado Álvaro. Se a acabado. Que he aprendido a vivir sin ti, ¿vale? Que me da igual ya todo, que me has hecho daño a mi, pero no pienso dejar que se lo hagas a la gente que me quiere, y que quiero. ¿Vale?
-Vale.
-¿Vale? Y ya está. Ya que empezamos una discusión acabala ¿no?
-Vale. Adiós, vete.
-Idiota.
-Has dicho que te quieren ¿no? Como Pablo ¿eh?
-Pues si, como Pablo.
-Niñato.
-¿Niñato? ¿Niñato? Pues mira, será un niñato si tu lo dices, pero ¿sabes que? Tiene amigos. No como tú. Y si, si los conozco. Y sé que a la minima que te das la vuelta te ponen a parir. Que cuando dijiste que te ibas a Madrid, no vi a nadie que hiciese nada para que te quedases ¿eh? Estoy segura de que por él mucha gente haría algo. Y, él es buena persona. Y estudia. Si, tiene un futuro, no como tú. QUE NO TIENES FUTURO ALGUNO. Tu lo único que sabes hacer es irte a un banco con tus colegas, que ya te digo, no lo son tanto, a fumar y meterte mierdas en el cuerpo. Y sinceramente, no sé que he visto yo en ti, y no sé lo que puede ver cualquier persona en ti. Porque no tienes absolutamente NADA que valga la pena, NADA, y el en cambio si. Y luego está su familia, a él le quieren ¿sabes? Su madre esta orgulloso de él y no está todo el dia llorando por lo desgraciada que es con un hijo así. Así que sera un niñato, pero por lo menos tiene una vida que vale la pena, no como la tuya.

Dicho esto, salí dando un portazo, y corrí hasta sentarme en un banco.

Medité lo que acababa de soltar. Tal vez me había pasado. Tal vez había sido demasiado cruel con él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario