jueves, 29 de diciembre de 2011

Capítulo 16.

Me quedé contemplando la pantalla del ordenador durante unos minutos. No estaba segura de si abrir el Messenger. Si lo abría, y estaba conectado, tal vez el me abría y tendríamos una conversación sobre lo de ayer. Pero si él estaba y no me abría, me hundiría, y tendría yo la tentación de hablarle.

Lo había decidido iba a apagar el ordenador y alejarme de él lo máximo posible. Aunque literalmente ya lo estaba.

Heart Vacancy de The Wanted comenzó a sonar en mi móvil. Ese era el tono que tenía para los mensajes. Cuando miré en la pantalla y me salió: Alvaro, lo que casi se me sale es el corazón. Abrí el mensaje: "Me gustaría hablar contigo. Te conectas?".

Aun no había apagado el ordenador, así que no le conteste al SMS, le dí a iniciar sesión y una vez conectada le busqué entre mis contactos. En verdad, no me hacia falta buscar, le tenia puesto en una categoría especial "ÉL.". Si, es bastante friky y ñoño, pero mira.

*Hola :)
*Ey! K tal?
*Bien. Tu?
Si, bien, seguro...
*Bien :) 
En serio me había pedido que me conectase para esta idiotez de conversación?
*Bueno, que quieres? Supongo que no querías que me conectase solo para decirte que tal estaba.
Tardaba en contestar. Tardaba siglos. Yo lo sufría, y mis uñas lo sufrían mas todavía.
*No... Es que, Laia, me ha dicho que te ha pasado la conversación.
*Si. Muy bonito por tu parte. Gracias por avisar de que te ibas.
Estaba enfadada con él, o eso era lo que intentaba demostrar.
*Me pillo de imprevisto...
*Ya...
*Oye, quiero que veas algo. Es una canción que he visto por Youtube... Solo escuchala, el video no viene a cuento...

Pinche el link. Increíble. Ese link era el que salía en uno de los libros de mi saga favorita, "Canciones para Paula." Me sentía tan identificada con ella, hasta se llamaba como yo!
No pude evitar llorar.

*Y que pretendes con esta canción?
*Paula, no puedo volver.
*Y eso es lo que me querías decir? Que no te voy a volver a ver? Podías ahorrartelo.
*Te quiero.
*Y de que me sirve? Te diré para que me sirve. Para hundirme, para hundirme mas aún.


Le bloqueé del Messenger. Le borré del Facebook y de todos los lugares donde le tenía agregado. Borré su numero de móvil de mi agenda, aunque, eso tampoco servía de mucho, me lo sabía de memoria.
Necesitaba salir. Llorar con alguien. Me daba igual con quien. Vi a Pablo conectado. Me hablaba con él pero solo hacíamos bromas, nunca le había hablado de mis cosas. Me daba igual, queria estar con alguien.


*Necesito tu ayuda. Podemos quedar en 10 minutos en la parada del tram que queda xerca del insti? 
*Que?
*Por favor.
*Pero...
*Pablo, por favor!
*Esta bien. Hasta ahora.


Apagué el ordenador, cogí mi bolso, y salí de casa, sin decir nada a nadie.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Capitulo 15.

*Laia! Que quieres? 
*Paulaaa :) Que tal?
*Bien,bien. Pero que quieres bitch?
*Yo también te quiero vv' Que, he estado pensando... Porque no le pides que se quede?
*Que se quede? El que?
*Alvaro.
*Estas loca? Y me lo frunjo también no? vv'
* Idiota! Te lo digo en serio. Al fin y al cabo sus padres y su hermano se quedan aquí no?
*Si, creo que se va a Madrid con sus tíos.
*Pues? Puede quedarse si quiere, si cambia de opinión, o si se la cambia alguien...Diselo.
*Laia! Tu te crees que aunque yo se lo pida el se va a quedar? Yo no significo tanto para el!
*Que pierdes? Se va de todas formas. No pierdes nada en decirselo.
En eso tenia razón.
*No, no se lo voy a decir. 
* Eres una cabezota. Piensalo. Me voy. Te quiero.
*Y yo!

Me puse en la cama con la música y le empeze a dar vueltas a lo que Laia me había dicho. Que le dijese que se quedase? Ni hablar.

A la mañana siguiente tenia una notificación en el IPod. Un mensaje de tuenti de Laia. Lo abrí. Y quise matarla nada mas leer la primera frase:

*Hola Alvaro!
*Eyy.
*Sabes de que te voy hablar no?
*De Paula, para variar verdad? xd
*Exacto.
*Que ha pasado ahora?
*Veras. Con esta conversación, como ella se entere de su existencia (y por desgracia se va a enterar) si que muero. Pero me da igual. Que me odie si quiere tengo que decirtelo.
*Dime.
*Que te quiere. Que te quiere mucho, Alvaro. Que lleva enamorada de ti desde hace casi dos años. Y, yo no se lo que sientes, pero, si es algo parecido a lo de ella, quedate. Quedate en Barcelona, por favor. Quedate, te lo pide ella.
*Laia... Ya estoy en Madrid... Mis padres me han traído hoy...
*... Ya? 
*Si.
*Y que?
*Como que y que?
*Que puedes volver. Todo lo que se va puede volver sabes?
*No puedo. Te lo juro.
*No la quieres... Es eso. Lo se. Pero necesitaba intentarlo. Por si acaso. Quiero que sea feliz, y, si tu la haces feliz, aunque yo no este de acuerdo, quería que te quedases. Pero no la quieres.
*Si. 
*Si?
*Si que le quiero vale? No puedo volver Laia! No puedo! Lo siento.
*No te tienes que disculpar conmigo. Ni esta conversación tampoco la tienes que tener conmigo. Adiós.

Detrás de esto Laia me había añadido un pequeño mensaje:
Paula, matame si quieres, pero lo tenia que intentar. Por lo meno sabes que el también te quiere. Y yo. Ya me dirás algo. :)"

Tuve que leer el mensaje como siete veces. Era muy subrrealista... Maldeci a Laia. Pero luego la amé. Maldecí a la distancia, a Madrid(un lugar que amo por cierto) y maldeci ser una adolescente de hormonas revueltas, enamorada de un idiota y que hacia montañas de un pequeño grano de arena.
"Si que la quiero vale?" Esas palabras daban vueltas ahora en mi cabeza. Distintos tamaños colores y medidas. Pero las mismas palabras.

Muy interesante la conversación pero...¿Que se suponía que hacia yo ahora?

lunes, 26 de diciembre de 2011

Capitulo 14.


Odiaba toda esta situación. Siempre había odiado a las personas que de un pequeño problema hacen un mundo, y ahora era yo la que tenía esa actitud. ¿Entonces me odiaba a mi misma no?


Llegué a casa, y, para variar encendí el ordenador. Él estaba conectado en Messenger. Abrí su ventana y le escribí "hola" pero no lo envíe. Lo deje ahí, durante 20 minutos, y no, no exagero, fueron exactamente 19 minuto con 50 segundos.  Opté por mandarlo por si daba la casualidad que se desconectaba y me maldecía el resto de la tarde por no haberle hablado.
Al final de la frase le añadí una sonrisa y pulsé enter.

*Hola :)
*Eyy
*Hoy te he visto jeje: $
*Y yo a ti.
Mierda, estaba modo borde.
*Oye, que siento no haberte saludado.
*No pasa nada :)
*Sabes? Te voy ha echar de menos, aunque no me haya despedido de ti (y juro que eso me ha dado mucha rabia.)
*Ya. Me lo imagino.
*El que?
*Que me echarías un poco de menos.
Creído. Pensé.
*Pues eso. Que te vaya muy bien en Madrid. Ya solo te quedan dos días aquí. Me gustaría haberte dicho adiós como dios manda, y no a través de una pantalla, pero bueno. Me ha gustado verte hoy.... Por ultima vez... :)
*Estaré los dos días dando vueltas por el barrio, seguro que me ves. Ven y me dices algo no? :$
*Vale, venga. Si te veo te digo algo.
*Así me gusta.


Continuamos hablando de nuestras cosas, de nuestras familias... De todo un poco en general, pero cosas sin importancia, aunque para mi si eran importantes. Me alegré mucho de que hubiese contestado así. Cada día le quería mas sabéis. Estaba loca por el. Que idiota había sido en desaprovechar la oportunidad que hace un tiempo atrás tuve.


Esa tarde estuve con Rocío. Nos pusimos al día de todo. Ella me contó que al final Javi se le había lanzado y estaban de rollo. Ya veis, todas conseguían al suyo, y yo, ahí, con el moco, esperando a que pasase algo.
Por la noche, abrí a la gente importante, como Inés, Laia, Ángela... Y les conté mi conversación con Álvaro. Tal vez no parecía gran cosa, pero a mi me había animado muchísimo.


El sábado estuve durmiendo hasta las 2 del mediodía. Me levanté. Comí. (Odio eso. Levantarme y comer en seguida, es una situación nauseabunda.) Y me fui a buscar a Alba, para nuestra terapia de llanto. Me alegré mucho de verla. Alba había sido muy amiga mía hace un tiempo, pero sin saber porque nos alejamos, y últimamente parecía que nos volvíamos a hablar tanto como antes, y eso me parecía genial. Alba era monísima y una gran amiga.
Nos sentamos en un banco del parque grande de mi barrio. No es un parque especialmente bonito, pero es de las pocas cosas decentes por ahí.
-Por fin! A ver; explícame Paula, ¿que te pasa?

Me encantaba Alba, siempre directa al grano.

-A ver. Pues eso, que es una chorrada...
-Que me da igual! Que me cuentes!
-Pues... Es, por alguien que se va...
-Vale. Álvaro. Eres idiota tía, te lo prometo. Ya hace mil que estas por él ¿y cuanto te ha echo sufrir eh? Dime ¿cuánto?
-Ya, pero también es el que me saca las mejores sonrisas!
-Buf. Tópico barato. No me gusta. No me gusta que estés tirando todo este tiempo a la basura detrás de él.

Seguimos discutiendo un rato más. Sé que Alba me lo decía por mi bien, como todos. Pero yo no podía evitar quererle. No se elige a quien se quiere... Tenía derecho.

-Y tú ¿que te pasaba a ti?
-A ver. Eres la única persona a la que se lo digo, así que por favor te lo pido. Calla.
-Claro, ¿cuando he contado algo tuyo?
-Es verdad...

Hubo una pausa.

-Me gusta otra vez Adrián tía. Es penoso. Yo que creía que después de todo lo pasado ya le había olvidado... Y tiene novia encima. Pero me mira y, no puedo... No puedo.

Adrián era de mis mejores amigos de toda la vida. Él y Alba ya habían estado juntos durante poco tiempo. Yo conocía muy bien a Adrián, y sabia que lo de la novia no era ningún problema.

-No la quiere. Te lo digo yo. La va a dejar el martes que viene, que la va a ver. Me lo ha dicho.

Le sonreí. No me gustaba la novia de Adrián, así que en el fondo me alegraba de que no la quisiese.

-¿En serio? Que bien. ¿Pero seguro que la deja?
-Que si. Y si no la deja, me da igual, no le quiere. Y si lo intentas tienes tu oportunidad.
-Al final la terapia de llanto acaba siendo de sonrisas.
-Te quiero, Alba, gracias por todo.

Nos despedimos, y decidimos que debíamos quedar más veces, que hablar y tener nuestras terapias era maravilloso.

Cuando llegué a casa tenia un mensaje en el twitter de Laia: "Conéctate. Te tengo que proponer una cosa."
Miedo me daba. ¿Que querría ahora?

jueves, 22 de diciembre de 2011

Capitulo 13.

Ya era viernes. Odio los viernes. Creo que soy la única persona rara en la tierra que odia los viernes. Lo único que los hacia más atractivos era que veía a Rocío. Y el colmo era, que iba a ser un viernes vacío. Un viernes aburrido. ¿Porque? Ya no estaba él.

Lo primero que hice fue ir a contarle a Laia la conversación que, supuesta mente ella había tenido con Álvaro. Y le pedí que al mediodía le hiciese una cara en plan: "Ya sabes", y le guiñase un ojo.

Después fui a hablar con Alba.
-Hola pequeña. ¿Haces algo mañana por la tarde?-le dije.
-No. Creo. ¿Por?
-Quedamos y me cuentas, y te cuento, y nos lloramos las penas la una a la otra ¿vale?
-Perfectisiiiimo.
Le di un beso, la abracé y me fui.

Pasé toda la mañana pensando en la conversación. En que, para ser el, había estado increíblemente majo y amable.
Cuando llegó la ultima hora estaba atacada de los nervios. Si el estaba en la puerta, entonces me hablaría ¿no? O eso me había dicho, bueno, a Laia.
Salí fuera. Miré a todas partes y él no estaba. No había venido. A saber cuantas cosas mas de la conversación eran mentira. Me fui a casa, sola, de nuevo. Últimamente ya no esperaba a nadie para irme. Solo me apetecía estar sola. O con él.

Los viernes al mediodía tengo clases de piano. Llevo haciendo piano siete años y la verdad, es que me encanta. Pero ese viernes no tenía nada de ganas, bueno, no tenia ganas de nada. En mi casa estaba mi padre y no podía llorar o poner cara de triste sin que me preguntara algo. Así que ese viernes salí antes hacia el instituto, si, hago ahí el piano.

A las dos ya estaba a punto de llegar a mi insti, al principio de la calle. Y vi, a lo lejos, al final de la calle, una camiseta igual que la que casi siempre llevaba puesta Álvaro.
"Claro. Son las dos. A esta hora salen los de bachillerato, y él ha venido a buscar a sus amigos." Pensé.
Me arreglé el pelo, me quite los restos de lágrimas y me quite un casco, por si daba la casualidad de que me hablaba. Todo esto en un tiempo récord y a medida que nos íbamos acercando. Luego me acordé de que se suponía que yo no sabia nada de la conversación, así que no le podía decir nada sugerente.Y nos cruzamos. Él levanto las cejas hacia arriba en señal de saludo y luego me guiñó el ojo. Yo estaba roja de los nervios, lo notaba, la piel me quemaba. ¿Que hice yo? Una mueca con la boca. Una simple mueca con la boca. Una simple estúpida mueca con la boca.
"Idiota, idiota,idiota." Me repetí a mi misma.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Capitulo 12.


Esa tarde tocaba clase de inglés en los ordenadores. Yo adoraba esas clases. Me sentaba al lado de Angela, y las dos, nos poniamos a escuchar Auryn y babear delante del ordenador.

Aún recuerdo cuando, después de verano llegué al instituto y empecé ha hablarles a todos de Auryn. Angela fué la única que se engancho. Y menos mal. Ahora era mi compañera de aventuras Auryner.

Volviendo al tema. Esa tarde tocaba clase de inglés. Pero esa tarde no tenia ganas de nada. Me puse la de Volver, y ahi estube. Toda la clase escuchando esa maldita canción, para deprimirme aún mas. "Un adiós, es algo que nos puede hacer, volver." Ojala. Ojala ese adiós nos hiciese volver a lo de antes. Pero a lo de antes, de hace un año.

Entonces, me acordé de una de las tres veces que llegamos a quedar. Me acuerdo que ibamos nosotros y Gabriela y su novio. Y Victor!
FB: -Ey, cerca de aquí está el escondite- dijo Álvaro.
-¿El escondite? ¿Que dices? Pareces un niño pequeño- dije riendome.
-¡Que si! Es un agujero muy grande entre los arbustos que hay en la rampa. Hay colchones de vagabundos y es donde nosotros nos ponemos a fumar.
Me hizo mucha gracia. Se ve que queria impresionar a alguien, pero la verdad, que mucha impresión no causaba, mas bien generaba risa.
-Ya vereis listos, vamos a verlo.-dijo.
Nos hablaba a todos. Pero en verdad yo era la única que le prestaba atención. Los demás estaban a su rollo.
Álvaro nos llevó hasta la entrada del "escondite". Para entrar tenias que subir una piedra bastante alta. Él subió primero. Luego se dió la vuelta y me agarró la mano para que yo subiese. Aprovechando esto, no me soltó la mano, y, aunque ya habia subido, me llevó de la mano todo el camino.
-Mirad, ya hemos llegado. Ese es el colchón del vagabundo.
Echó a reir. Y puso las manos en su cintura en señal de satisfacción y orgullo. Los demás nos quedamos callados. Fue en plan... ¿Le damos un pin? ¿Una pegatina? ¿Un aplauso?
-Pues muy bonito esto. Es acogedor ¿eh? Igual me monto aqui mi casita de verano-dije.
Habréis notado que soy muy ironica. ¿No? Lo hago sin mala intención. Me sale solo.
-JA-JA-JA. Que graciosa.-dijo poniendo cara de burla.
-¡Es broma tonto! Bueno, ¿nos vamos de aquí?
Y el camino de vuelta fue exactamente como el camino de ida.

-Paula. El ejercicio.
La profesora de inglés me mandó de vuelta al presente.
¿Que habia pasado? ¿Porque el muy gilipollas me habia dado de lado? Era todo muy bonito.


Llegué a casa. Encendí el ordenador. Abrí el twitter. Twitter. Allí habia gente maravillosa. Era como un mundo distinto. Sabian, hacerme sentir bien. Luego encendí el messenger, pero en desconectado, para ver si habia alguien interesante. Estaba él. Y en ese momento una de mis ideas idiotas me vino a la mente. Iba a hablar con él. Desde el messenger de Laia.

Y así hice. Me conecté como Laia, y le abrí.
*Hola. ^^
*Ola
*Te tengo que contar una cosa. Es una cosa muy importante, que me cuesta decirte, y por eso, tienes que prometer que no va a salir de aqui.
Otras veces ya habia pasado, yo o yo disfrazada de Laia, me habia sincerado con el, y eso, lo acababa sabiendo todo el mundo.
*Claro, tu tranki, es de paula no?
Flipé. ¿Lo que se dice en colorines? Pues así.
*Sii... Como lo sabes?
*Suposiciones. ¿Que quieres?
*Le importas. Mucho. Ella presume de que tiene ovarios para todo. Pero ante ti se hace pequeña. No ha tenido el valor de ir y decirte adiós. Sé que se queria haber despedido de ti. Esto a ella le duele sabes? Incluso más que a alguno que si se ha despedido de ti. Le da rabia toda esta situacion. Y por eso ha estado llorando todos estos días. Por ti.
*Pero, porke no se ha despedido? Ke tonta. Yo mañana voy a la puerta, que venga y me diga algo no? O se lo digo yo.
*Le da vergüenza... Ya sabes... El tema de tus amigos.
*Jodeeeeer. Pero yo kiero que venga! Ya le dire yo algo.
*Oye, gracias por esto. Gracias de verdad. Esto la va a animar muchisimo.

Cerré el messenger. Cerré el ordenador. Cerré la luz. Y dormí. Por primera vez en esa semana, dormí bien.

Capitulo 11.

-PAAAAULAAA!-grito Laia desde el otro lado del patio.
Laia no era de las que solían gritar. Eso se me daba mejor a mi.
Yo, estaba sentada con la cabeza entre las rodillas. Que no me devolviera la sonrisa me había vuelto a poner triste.
-Paula. Cuenta, cuenta.
Laia se dio cuenta, de que volvía a estar mal.
-Pero ¿que ha pasado ahora tía?
Le conté todo. Lo que había pasado a la mañana, el porque estaba mal ahora... La conversación nos ocupó los 20 minutos de patio.
Laia cada vez, le estaba cogiendo mas manía a Alvaro. Recuerdo que hace un tiempo. Bueno, hace bastante tiempo, a ella le gustó.
-¿Alvaro? Tu estas loca. Has perdido el juicio. Que horror. ¿Como te fijas en eso?
Eso dije entonces. Ay. Ojala pudiese ahora decir lo mismo.

La conversación con Laia, me hizo venir un poco mas arriba. Pero no estaba bien. Necesitaba a Rocío. Rocío, era, y es, mi mejor amiga. Aquel año se había ido del instituto y, solo la veía los fines de semana. Y los viernes. Los viernes eran sagrados. Mis viernes, eran de Rocío. Mañana vería a Rocío. Si, pero yo la necesitaba ese día. Es una putada no poder recibir abrazos de la persona que quieres que te los de, el día que tu quieras. Es una putada tener que esperar para recibirlo.
Le envíe un mensaje. Eso no iba a hacer que me sintiera mejor, pero por lo menos es como si me hubiese escuchado, lo que tenia que contarle.

Solo quedaba una ultima hora de clase. En todo el día no había hablado con él. Les había prometido a las chicas que iría y me despediría de el. Que le diría que le iba a echar de menos. Pero yo sabia, que no iba a tener el valor de hacerlo.

Y así paso. La ultima hora. No le dije nada. El ultimo día, y era un día perdido. Caminé por la calle, como en una realidad paralela. No me enteraba de nada. Tenia los ojos muy abiertos, a punto de soltar lagrimas. Mi boca y mi nariz se movían, como se mueven cuando estas a punto de romper a llorar. Llegué a mi casa. Cerré la puerta. Me miré en el espejo del recibidor. Me quité los cascos. Y ahí frente al espejo empezaron a caer mis lagrimas. Caí al suelo de rodillas y empeze a llorar mas fuerte aun.
Me sentía idiota. Niños pasando hambre, y yo llorando por tal gilipollez. Pero así era, era mi gilipollez. Y me dolía. Me dolía mucho.
Parecía, yo que se que parecía! Jamas había llorado así. Jamas. Me asusté de mi misma.
Me pasé el medio día llorando. Luego cogí mis cosas y salí, rumbo al instituto. A un instituto donde el, ya no estaría.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Capitulo 10.

En cuanto Alvaro y yo nos separamos, me di cuenta de que llevaba todavía el aurícular puesto. A saber cuantas canciones habían sonado, y yo no me había dado ni cuenta. Me puse el otro auricular y subí el volumen.
"Mirame y dime que, lo nuestro ya se fué, que murió, se esfumo el sueño... El sueño que aun me cuesta olvidar" Estaba sonando Volver de Auryn. Justo la parte en la que cantaba Alvaro. Alvaro... ¿Porque narices mi amor platónico tenia que llamarse igual que mi amor no correspondido?

Llegué a la puerta del instituto. Laia ya estaba allí con las demás. Al verme se sorpendio de mi actitud.
-¿Y esa sonrisa? Quiero decir, que me alegro, pero, ¿a que se debe?
Puse los ojos en blanco y me mordí el labio inferior. Siempre solía hacer eso cuando estaba emocionada por algo que me había pasado con Alvaro, y Laia lo sabia.
-¿El? Cuentame tía!-dijo.
-Luego, luego.
Laia me dio un abrazo y se fue a hablar con Alex, su novio.

Entonces vino Inés, acompañada de Lourdes y de Alba. Las tres eran un año mas pequeñas que yo, pero las tres eran enormes a mis ojos.
-¿Como estas tonti?-pregunto Lourdes.
No menciono nada de Alvaro, ya que Alba, no lo sabia. No es que no confiara en ella, simplemente, no me había apetecido contraselo.
-A mi me tienes que contar que te ha pasado estos días para que llores ¿eh? -dijo abrazandome.
Entonces me acorde de que ella tambien lo había pasado mal estos días.
-Si, tu tambien tienes algo que contarme. Tenemos una conversación pendiente.
Tras esto cogí a Inés y me la lleve a una esquina.
-Me acaba de pasar algo increíble esta mañana. Luego te lo tengo que contar. Pero, hay una mala noticia.
-¿Que?-preguntó.
-Esta tarde ya no vuelve. Se va ya del insti.
Las palabras habían salido de mi boca, pero me sentaron como una bocanada de aire frio. Las mariposas de mi estomago se quedaron congeladas. Aun me costaba creer que de aqui dos días Alvaro se iba a Madrid, para siempre.

Subimos a clases. Yo estaba animada. Si, hoy era su ultimo día de instituto. Si, estaba bastante hecha mierda por eso. Pero, lo que acababa de ocurrir minutos antes, eso no me lo quitaba nadie.
Desde mi asiento, miraba por la ventana. Deseaba que Alvaro apareciera por ahí. Nuestra despedida había sido muy desagradable, pero, al fin y al cabo, había sido todo muy bonito, y raro. Apareció por ahí, con Dani. Miró dentro de clase, y sus ojos se pararon en mi. Le hice una sonrisa. Una sonrisa de complicidad, de secreto, de cariño. Pero el no me la devolvió. Aparto la mirada de mi, y siguió andando. Con su chulería. Como siempre.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Capitulo 9.

Pensé que ya lo habia despistado, o que habia dejado de seguirme, porque yo a él le daba igual. Pero me volvió a agarrar del brazo.
-¿Sigues enfadada?- me dijo con una timida sonrisa.
-Tu eres tonto.-dije riendome.
-¿Eso significa que si?
-No, si quieres te pido yo perdón por haberme enfadado por haberme puesto una cara de asco.
Se paró. Y se quedó mirandome con cara de pena.
-¿Que haces? pregunté extrañada.
-Nada. Me paro para no molestarte más, señorita borde.
Eche a reír. Si, él era el causante de muchas de mis lágrimas, pero también era el único que sabia curarlas y sacarme la sornisa.
-Que no estoy enfadada tonto. Solo que ayer llevaba un mal dia.
Comenzamos a caminar de nuevo.
-¿Solo ayer?
-Bueno vale, toda la semana.
-¿Y puede el idiota saber que te pasa?- dijo riendo.
-No.- dije seca.
-Vale.
-Mira, ¿ese que viene por ahi no es uno de tus amigos?
-Si. Oscar.
Le sonreí falsamente. Seguro que ahora se alejaba de mi, y hacia ver que no se habia dado cuenta ni de que estaba.
-Adiós Álvaro- dijo chocandole la mano, con el saludo este tan especial que hacen todos.
-Adiós.
Negué con la cabeza mientras sonreia en señal de satisfacción. No habia huido de mi.
-¿Y ahora que pasa?- pregunto ante mi reacción.
-Naaaada.
-No, va, dime. ¿Que pasa?
-Estoy sorprendida, porque no te has separado de mi al ver a uno de tus amigos. Sobretodo después de que me dejaras de hablar por ellos.
No le gustó que tocara ese tema. Se puso mas borde y cambió de tema.
-¿Sabes que esta tarde ya no vengo al insti?
Ahora era yo la que no queria saber nada del tema. Seguimos avanzando, en silencio. Un silencio incomodo y amargo.
-Bueno, yo me voy por aqui.- dijo.
-Hasta luego.
Y me fuí camino al instituto, como cada día. La única diferencia es que ese dia, iba con una sonrisa.

Capitulo 8.

Por primera vez en toda la semana, Sergio, se habia dignado a preguntarme que me pasaba.
-Hoy, problemas con la familia. Y lo de estos días ya lo sabes. O lo deberías suponer...
-¿Alvaro?
-SHHHHHHHHHHHHH. Si, Álvaro.- Susurré.
-Pues mira por ahi viene.
Venia con Manel, Carlos y Dani. Y venian hablando de una forma rara. Se pararon cerca nuestro. Hice ver que seguía hablando con Sergio, para poder escuchar lo que decían.
-¿Y ya te has matriculado en algún instituto?- preguntó Carlos.
-Si, pero no es instituto, instituto. Al igual estudio.-dijo él.
-¿Y cuando te van a dar las notas?-preguntó Manel.
-Me las dan mañana. El viernes ya paso de venir. Y mañana por la tarde creo que tampoco vendré.- dijo.
Miré a Sergio con cara de : "¿Se va ya? ¿Tan pronto?". El me dio una palmada en la espalda.
-Lo siento tia. Pero mira, igual te va bien. Asi alomejor te desenganchas de él antes de que se vaya a Madrid.
- Alomejor.
Ni de coña. ¿Como me iba a olvidar de una persona por la que llevaba enamorada un año y medio? Sergio estaba flipando si se creía que podia ser capaz.


Cuando sonó el timbre, bajé corriendo las escaleras y esperé en la esquina de la puerta del instituto a que mi madre pasara con el coche para ir a recoger a mi abuela.
Álvaro, para variar, ya había salido. Yo estaba atacada de los nervios, mordiendome las uñas y mirando a todos lados para ver si el coche de mi madre aparecia. Cuando mis ojos se pararon en él, me miró. Y me puso una de sus caras de asco, de superioridad. En aquel momento, me sentí la persona más estupida del mundo. ¿Yo pasando lo mal por él, y el todavia tenia el valor de despreciarme así? Le daba igual todo.


LLegamos al pueblo, recogimos a mi abuela, la dejamos en casa de mi tia y volvimos a casa. Se encontraba bien. Solo habia sido un pequeño susto. Mañana la llevarian al hospital. Hasta entonces no sabriamos nada de lo que le habia pasado.
Eran las 10 cuando llegamos, pero me puse el pijama y entré en la cama. Estos dias me lo estaban haciendo pasar muy mal. Habia caido en una depresión. Ya no tenía ganas de salir, ni de hablar, ni de sonreír... Y sobretodo, ya no comía. Como mucho al día comía un pequeño bocadillo. Y ya está. Si, que bien, perdería los quilillos que me sobraban, pero no era bueno para la salud. No era nada bueno.



Por la mañana salí 20 minutos antes de mi casa, para dar una vuelta antes de ir al instituto. Cogí mis cascos me puse uno, le di al play en la lista de reproducción "AURYN" y empezé a andar, sin rumbo.
Parecía que el destino, se queria vengar de mi por algo que habia hecho en la vida pasada, porque, me cogió del brazo. Álvaro, no el destino. No podía huir de él.
-¿Que haces tu por aqui tan pronto?- me dijo.
¿Ahora si que me hablas no idiota? Ahora si. Pensé.
-Nada.- contesté, realmente borde, sin mirarle. Y me puse el otro casco, para ver si así se iba y me dejaba en paz.
- ¿Me parece que alguien se ha levantado un poquito borde esta mañana, no?
Hice como si nada. Me quitó uno de los cascos.
-¿Que coño haces?- le grité.
-Que digo que me parece que alguien se ha levantado hoy borde y cabreada con el mundo ¿no?
-Ya te he oído la primera vez gilipollas. Lo que pasa que te estaba ignorando. Y no estoy borde con el mundo, lo estoy contigo. ¿Te enteras?
Me miró con su cara de indiferencia. Y hizo el gesto de " no em importa lo que digas o hagas".
-Que digas lo que quieras eres una borde. Vete a la mierda. No te he hecho nada.
-¿Que no me has hecho nada? ¿ Y la cara de asco de ayer que? ¿La he soñado? ¿Y todo lo que yo te quiero y todo lo que hago por ti, y tu el daño que me haces no importa?- vale. Esto último no lo dije. Solo lo pensé. Y salí corriendo.

Capitulo 7.

Me despertó el movil a eso de las nueve.
-Ey. Soy Inés.
Inés era de las personas más bonitas que conocía. Siempre estaba ahí para sacarme una sonrisa.
-Hola-die con la voz de idiota de alguien que se acaba de levantar.
-¿Que hacias? ¿Algo importante?
-No. Solo me estaba quejando de mi mierda de vida hasta quedarme dormida. Y ahora que me habia dormido solo soñaba con una vida mejor. Nada importante.
-Lo siento.
-Da igual. Puedo volver a dormir luego. ¿Que quieres?
-Hoy te he visto llorar en el instituto. No te he preguntado porque no se me ha dado la ocasión. ¿Que pasaba?
-Espera un momento.
Me levanté de la cama, asomé mi cabeza por la puerta y me aseguré de que no habia nadie alrededor. Después cerré la puerta y me tumbé en el suelo con las piernas sobre la cama.
-Ya está.
-Bueno, explica.
-Nada tia. Tonterías. Que me he rallado mucho con lo de Álvaro.
-¿Álvaro? Cuando me he enterado he pensado en ti. Y luego me he imaginado que sería por eso. Pero no llores.
Hubo un silencio.
-No sé que decirte Paula, sabes que me tienes aqui para lo que haga falta. A mi y a muchísima mas gente. Que puede que si, que sea una chorrada, pero si para ti es importante, para los demás también.
-Inés. Te quiero. Gracias por todo.


A la mañana siguiente, si, Miercoles, 3 días para su marcha... nada más llegar a la puerta Inés vino a buscarme y me dió un abrazo. Pero no un abrazo cualquiera. ¿Sabes esos abrazos tan bonitos? ¿Esos que transmiten tanto que te hacen poner los sentimientos a flor de piel? ¿Esos de los que nunca quieres dejar de recibir? Pues uno de esos.
Y claro, mis sentimientos afloraron, y la tristeza volvió a invadirme con ese abrazo. Volví a llorar.  Inés me dió un beso y entró a su clase. Yo fui camino de la mía, y me cruzé con él. Todavia llevaba los ojos rojos de llorar. Me miró y me puso una de esas sonrisas que expresan: "¿otra vez? No llores mas, mujer." Siempre hacia lo mismo. Me lo transmitía todo con una sonrisa o con una mirada, pero nunca tenia el valor de acercarse y darme un abrazo o unas palabras de apoyo del bueno, como hace un tiempo hacía.

FB: "Un dia yo estaba mal porque habia tenido una pelea con un chico, y habia discutido con mi madre y llegué llorando al instituto. El vino y me dijo:
-¿Que te pasa?
-Nada. Mi madre, que me he peleado con ella. Y bueno, lo que ya te conté de Ivan...
-Pero no llores. Lo de tu madre ya verás como se arregla, los padres a veces putean mucho. Y lo de Iván... Ya hablaré yo con ese tio.
Y me abrazó. Luego me apartó las lágrimas de la cara.
-Siempre estaré aqui cuando me necesites- dijo. "

La vibración de mi movil me hizo regresar del bonito pasado, y volver al amargo presente. Regresé al baño para ver, quien queria algo de mi a esas horas de la mañana. Era un mensaje de mi madre: A las 5 me voy al pueblo a buscar a tu abuela. Se ha vuelto a desmallar. ¿Vendrás?.
Mi abuela. Otra vez. Genial. Ya iba a estar mas mal aun todo el dia.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Capitulo 6.

Pensé que a Álvaro le daba igual que yo estuviese triste... Me había visto llorar y no se había dignado a decirme nada.
Cuando lo vi en el pasillo, ni le miré, intenté pasar de largo lo mas rápido posible. Pero alguien ne agarró del brazo.

-¿Que pasa? ¿Porque lloras?-dijo.

¿Y que le decía yo entonces? ¿Le gritaba ahí, en medio de todos:"Que te quiero Alvaro y no quiero que te vayas, que ahora estábamos bien."? No podía decirle eso.Vale, me había enfadado con el por no preguntarme que me pasaba, y cuando me lo preguntó yo no contesté.

-Ah. Nada. Tonterías. -fue lo único que pude decir.

Entonces vino Cristina y se lo llevo para hablar con el. Carlos, había escuchado la pequeña conversación y aprovecho ese momento para alejarme de la gente.
-¿Es por el no? Estas mal porque se va.-dijo.
-¿Tanto se nota?
-Yo si te lo noto, tía.
Suspiré.
-Ya sabes lo que opino al respecto. No me gusta que estés mal por el. Sabes que no vale la pena.-dijo abrazandome.
Cada vez que alguien me abrazaba me entraban ganas de llorar. Por lo idiota que era, dejando hundir por algo así. Sabia lo que todos sentían por mi. No era compasión, era lastima.

Estuve las ultimas horas de clase sin hablar. Y para lo que soy yo, estaba claro que algo me pasaba. Cuando miraba a alguien o me hablaban tenia ganas de llorar.

A la hora de salir no espere a nadie para irme a casa. Tampoco nadie me echaría de menos. Me puse uno de mis cascos, abrí mi lista de "Robbie Williams", empezó a sonar "She is the One" y comencé a andar.

Cuando estaba ya cerca de mi casa, un hombre me paró.
-El mundo va a desaparecer, y tu tambien.
Le mire con una de mis caras, esas que siempre pongo yo. Esas que según Alvaro, son mis caras de mala leche.
Seguí caminando y escuche como alguien empezaba a silbar. Sabia quien era. Lo sabia. Pero no quise girarme.
-Paula- susurro en alto.- Paula.- Volvió a repetir.
Esta vez me giré. El acelero el paso y llego hasta donde estaba yo.
-¿Que te ha dicho?
-¿Quien, el hombre? Que el mundo va a desaparecer y yo tambien.
Empezó a reír. Yo tambien. Su sonrisa siempre provocaba la mia.
-Es que, ¡le has puesto una cara!
-Si. La mia de mala leche ¿no?-sonreí.

Mierda. Habíamos llegado a mi portería.
-Bueno. Me voy.- Y eso hizo. Se fue. Tan seco.

Llegué a mi casa y encendí el ordenador para ver si había alguien a quien poder contarle lo que acababa de pasar.
En mi lista de "contactos interesantes" solo estaba el. Tras pensarmelo mucho, le abrí.

-Hola. ^^ Que, al final ¿cuando te vas a Madrid?
-El finde que viene ya.
-AAAAAAH. ;)

Solo le quedaba una semana. Una semana y todo se acababa. Otro amor añadido a la lista de los imposibles.

Cerré el Messenger sin despedirme de el. Y aunque eran las seis de la tarde me metí en la cama. No pretendía dormir, pero de tanto llorar estaba cansada y acabe haciéndolo.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Capitulo 5

Laia me cogió a la hora del patio.
-¿Que era eso que tenias que contarme?-dijo.
-Se va.
-¿Se va? ¿Quien se va?
- Alvaro. Se va a Madrid. - acto seguido, mis ojos se empezaron a inundar, vi todo borroso, hasta que empezaron a caerme las lagrimas.
-¿Como? ¿A Madrid? ¿Pero, como lo sabes?- dijo, abrazandome y quitando las lagrimas de mi cara con un kleenex.
-Joder. Si se va. El. Me lo ha dicho el.
-¿El?
-¿Tu sabes la cara de gilipollas que se me ha quedado? ¿Lo sabes?
Enseguida vinieron Angela, Maria y alguna que otra mas a preguntar que me pasaba. No les conteste. Me fui a una esquina. Deje de llorar. Me senté. Y mire a todos lados. Si se iba, aquello me iba a parecer todavía mas asqueroso.
Entonces vino Maria. Se sentó a mi lado, me abrazo y me dijo.
-Si quieres, puedes hablar conmigo.
Le mire a los ojos. Nunca le había contado nada personal, solo la veía como una buena compañera. Pero sus ojos me transmitieron confianza y sentimiento. Y no me había desahogado con nadie.
-Si en verdad, es una chorrada.
-Una chorrada que para ti no es chorrada ¿no?
-Para mi si es chorrada, pero no puedo evitar que me duela.
-¿Y que es?
Silencio.
-Pues, se va. A Madrid.
-¿Alvaro?
Asentí.
Ella no sabia que decir.
-Y encima me lo ha dicho el. Imaginate mi cara- comencé a llorar. Pero esas lagrimas que parece que salgan del corazón, te suban por el cuello y lleguen a los ojos. De esas lagrimas que duelen.
- No es niguna chorrada Paula. Yo te entiendo, y se que lo pasas mal.
-Es que tu no sabes lo que es, que después de todo lo que yo he luchado para que lo nuestro fuese a algun lugar, después de todo lo que he aguantado... Ahora todo se desploma, todo se va a la mierda en un segundo. Que le miro a la cara y le hablo y solo puedo pensar que ya no le voy a volver a ver mas. Y solo puedo llorar, y huyo, porque no puedo dejar que me vea así.
En ese momento no lloraba mares, yo sola era miles de mares juntos.
-Y encima mirale. Me esta mirando, me esta viendo llorar. Seguro que no tiene ni idea de lo que me pasa.
Silencio otra vez.
- Yo tambien tengo un problema- dijo Maria.
-¿Tu? ¿Que pasa?
-Te acuerdas de que me gustaba uno ¿no? Que era mayor y tal.
-Si, ¿quien es? ¿Es David?
-Si.
-Me lo imaginaba. ¿Pero le quieres o solo te gusta?
- No se. Le quiero, creo.
Y empezó a llorar. Las dos nos pusimos a llorar, delante de todo el mundo. Y nos abrazamos. Éramos débiles, pero ahí, juntas, nos sentíamos fuertes.
Y, por lo menos; había ganado una amiga, y me quedaba un bonito momento para recordar.

Capitulo 4.

Estaba claro que, fuese verdad o no, lo había escuchado. Aquella maldita frase no dejaba de dar vueltas por mi cabeza. "Se va a vivir a Madrid". Imposible. Estábamos a mitad de curso, ¿no se podía esperar? Estaba claro que tenía que comentar esto con alguien. Pensé en hablarlo con Laia, pero al final decidí no darle importancia. Si era verdad ya me haría la sorprendida en su momento, y si era mentira; pues en mentira se quedaba.
Entonces, mientras estaba yo en mi mundo, alguien puso una hoja en frente de mi. El examen. Un 2,5. Me iba a quedar Lengua Castellana. Por si no tenía ya suficientes cosas rondando por mi mente, ya solo faltaba eso.
Al cambio de clase, volví a salir al pasillo, necesitaba que me diese el aire para poner en orden mi mente. Y, me volvió a parar Carlos. Pero no estaba solo, Alvaro estaba con el.
-¿Que te pasa neni? - dijo Carlos.
-Nada tio; que me va a quedar Castellano, y con esta ya son cuatro.
-A mi no me va a quedar ninguna- soltó Alvaro.
¿Como no le iba a quedar ninguna si suspende todo?
-Já. Ninguna dice, a mi no me engañas-dije.
-Que si, es verdad. Como me voy a Madrid, y voy a dejar el instituto ya no me dan notas ni nada.
PLAS. Así. Sin consideración. En mi cara. ¿Y mi cara? ¿Como me quede? Bien, pensad en la mayor cara de gilipollas que puede poner alguien. ¿La imagináis? Bien; pues ahora añadir 8291839303 caras de gilipollas mas. Así me quede yo.
-Ah.- Fue lo máximo que dije, y solté unas risas.
¿Y para que me reía, si lo único que me apetecía era llorar?
Sin decir nada mas me largué. Así, haciéndome la indiferente, como si no me importase nada que se fuese a Madrid, que estuviese a 6 horas de mi... Seguí avanzando entre la gente.
-Tengo una cosa que contarte, luego ven. - le dije a Laia.
Y entre en la clase, dispuesta a pasar una de las peores horas de mi vida.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Capitulo 3.

Después de mucho llanto, de hablar con la gente, de acoplarme a algunos círculos de amigos formados, y de asumir que me quedaba un año por delante en ese instituto, conseguí vencer a los problemas. Ya era feliz.
Mi relación con Álvaro iba cada vez a mejor. Incluso, había alguna que otra vez que hablaba conmigo por la calle. Cada día teníamos una conversación. Solo tenerle cerca, y ver como me sonreía, hacia que todo lo demás no importara...
Creo que va siendo hora de que conozcáis a Álvaro. Álvaro es el típico chico que a ninguna chica le gustaría tener como novio, pero que en verdad todas acaban por él. Yo, le saco por lo menos media cabeza, aunque eso no es ninguna novedad, con lo alta que soy... Todo le da igual. Para él lo mas importante es él. Y no le importa hacer daño a la gente, todo le hace gracia. Si, yo tampoco sé que he visto en él. Pero nosotros no elegimos de quien nos enamoramos.
Y entonces, un día de noviembre pasó. Cuando todo iba sobre ruedas, cuando todas mis amigas decían que Álvaro volvía a sentir algo por mi.
Yo estaba apoyada en la ventana, y pasó él. Le miré, le sonreí, como de costumbre. Solo que esta vez el no me devolvió la sonrisa. "Bah, serán sus juegos bipolares" pensé.
En el cambio de clase, iba yo tan tranquila en mi paseo hacia el baño, cuando Carlos me paró.
-Álvaro se va, a vivir a Madrid.
Le había escuchado, pero preferí ignorarlo. Pensé que si hacia ver que no había escuchado nada, el viento se llevaría las palabras.
Entré a clase, tan tranquila, como si los últimos cinco minutos jamás hubieran existido. Pero, ¿a quien pretendia engañar? Lo único que hacia era engañarme a mi misma, ocultarme una realidad que había tocado ya con la punta de los dedos. Pero, igual había sido una broma. Si, seguro. Una broma de mal gusto. Ya sabia como era Carlos...

Capitulo 2.

Habían pasado ya dos meses desde que empezó el curso. Y cada día que pasaba, sentía que todo iba a peor. Laia se había echado novio. Si, estaba feliz por ella, llevaba enamorada perdidamente de él desde hacia dos años por lo menos, y se lo merecía. El caso es, que desde que tenia novio, yo ya no era tan imprescindible en su vida. Mi otra mejor amiga, Rocío, se cambió de instituto, y ya no tenía a nadie con quien estar. En mi clase eramos cuatro gatos, y todos tenian su circulo de amigos formado. A menudo, cuando salía al baño, me paraba al final del pasillo y observaba a la gente. Todos reían, hablaban, paseaban... Nadie se daba cuenta de que al fondo, había una chica, una chica que iba de fuerte por la vida, pero que era débil, y que se sentía sola. Supongo que a veces tienes que darte a ti misma permiso para no ser fuerte por una vez. Nadie se paraba a mirarme, y si alguien lo hacia no se percataba de que estaba fatal. Quizá la sonrisa de mi cara lo camuflaba. Siempre he sido caracterizada por mi gran sonrisa, todos piensan que soy muy alegre, que pocas veces estoy mal. Pero eso no es así.
Luego estaba Dani. Antes era mi mejor amigo. Si, antes. Su vida había dado un giro inesperado esos últimos meses. Se dio cuenta de que su vida era una mierda, y desde entonces se comportaba como tal. Como un mierdas. Todos hablaban de él. Yo los escuchaba, y me dolía, a mi me sigue importando. Pero ya no hablábamos. Según el, ya nada era como antes, y ya no nos llevábamos, pero no le pasaba nada conmigo. Si, ya, claro.
Y todo esto influía en el insti. Yo siempre había sido una empollona. Siempre le había dado importancia a los estudios. Pero este año, este año todo me daba igual. En mi mente solo estaban todos los problemas.
Y de golpe, entre tanta gente, apareció él. Quizá es lo único bueno que me podía estar pasando. Desde el primer dia de clases, nuestra relación había ido mejorando. Ahora me hablaba, de vez en cuando. Cuando no ninguno de sus amigos estaba cerca. Pero luego a la salida, todo cambiaba. Parece que cruzar la puerta del instituto era cruzar un portal mágico. Todo cambiaba. Fuera yo no existía para él. Pero yo me conformaba. ¿Como no me voy a conformar? Al fin y al cabo, él es lo único que me quedaba en ese antro infernal, lo único por lo que iba con una sonrisa cada día.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Capitulo 1.

Nuevo curso. Otro año aguantando a los mismos profesores. Otro año aguantando a los pesados de mi clase. Otro año en mi odioso instituto. Y lo peor, otro año con el pululando por los pasillos. Pero bueno, que digo. En verdad era lo único bueno que había. Me emocionaba la simple idea de verle cada mañana, cada mediodía, cada tarde, CADA HORA. Aunque el, pasaba de mi. Desde hace dos veranos, cuando le dio ese pronto de huir de mi, y dejar de hablarme... Así que ahí estaba yo en el primer día de clase, y deseando que llegase ya el último, cuando me cruce con el. Yo, como siempre lo miré de lejos e iba apartando la mirada a medida que nos acercábamos. ¿Para que mirarle? Sabia que iba a pasar de mi.
-Hola-dijo.
No hice nada. Seguí caminando. Tarde en reaccionar unos cuantos minutos.
-Niña. Tu eres tonta. ¿Porque no le dices nada?- dijo Laia. Mi mejor amiga.
-Joder. Me ha saludado. Pero, si no me hacía caso. ¿Porque le da por saludarme?
-Y a ti, ¿porque te da por no saludarle?
Vale. No tenía respuesta. Si. Llevaba meses esperando a que volviese a dirigirme la palabra, para algo más que insultarme, y cuando se decide ha hacerlo yo ni caso.
Espera, creo que va siendo hora que sepáis de que hablo. Hablo de Álvaro. Álvaro y yo tuvimos un rollo, bueno no llego ni a eso, y bueno, digamos que las malas lenguas le alejaron de mi. Y desde hace dos veranos estábamos en una guerra diaria. Hasta hace unos meses, que dejo de hablarme para todo.
Yo, como la estúpida adolescente con hormonas revolucionadas que soy, sigo detrás de él, en silencio. A ver... En silencio, silencio, tampoco. Medio instituto lo sabe, él es el único idiota que no.
Y en fin. Ahí estaba yo. Otro año mas. Mendigando por su amor.