miércoles, 18 de enero de 2012

Capitulo 25.

Otra vez camino a casa de Laia. Eran las 9 de la mañana, pero, pensé que tal vez estaria bien si la dejara dormir un poco, ya que lo necesitaba.

Así que desvíe el camino y me fui hacia la calle donde estaba la casa de Eric. Si, ahora aquella casa solo era de Eric. Bueno, de Eric y de sus padres, pero ya no vivia ningún Álvaro en ella.

Anduve por esa calle hasta llegar al banco donde, hacia apenas unas horas habia visto marchar a Álvaro subido en esa moto. Dejé la maleta en el suelo y me senté en el banco. Aquella última discusión, no dejaba de repetirse en mi cabeza. Aquellas últimas palabras que le había dicho. "No tienes futuro." Y ahora estaba muerto. Me sentía como si yo le hubiera matado. ¿Que haces cuando la persona más importante de tu vida muere? ¿Que haces cuando, a parte de eso, lo último que le llevabas repitiendo durante semanas eran millones de insultos? Miré hacia donde estaba el árbol, de donde Álvaro cogió la moto. Luego miré mi pulsera. Y después a su porteria. Increíble. Ahora que era cuando peor me sentía, ahora que realmente había motivo para llorar, ahora, no me salían las lágrimas.

Entonces miré a la ventana de su habitación, por donde, Eric me llamó la otra vez. ¿Y si subía? Tal vez su hermano necesitara apoyo ¿no?

Cogí la maleta, y me levanté. Tuve que picar tres veces para que por fin Eric se levantase y preguntase.

-¿Quien es?
-Eh..Hola. Soy Paula... No sé si vengo en buen momento y...
-Sube.-me interrumpió.

Abrí la puerta y esperé a que llegara el ascensor. No era plan de subir andando con la maleta a cuestas.
Cuando llegué arriba la puerta estaba abierta. Pasé.

-Hola. ¿Como estás?-le dije mientras el se dirigia hacia la que, hasta ahora había sido la habitación de Álvaro.
-Bueno...¿Como se está cuando se te muere tu hermano?-dijo sentandose en la cama.

Yo me quedé en la entrada de la puerta. No me atrevía a entrar. Solo habia estado dos dias en esa habitación, pero, se me llenaba el mundo de recuerdos. Otra vez la discusión volvia a pasarse por mi mente.
Eric se fijó en mi, y se dió cuenta de que mi cara habia cambiado de color.

-Paula. No tienes la culpa.-se levantó de la cama y me abrazó.
-Yo le dije que no tenia futuro. Se lo dije... Y mirale ahora. ¡No lo tiene! Soy una mierda de persona.

Eric me acarició la mejilla.

-Has estado ahí en sus últimos momentos. Estuviste con nosotros dandonos esperanzas en el hospital. Y ahora, vienes a preguntar que como estoy. Que como lo llevamos aquí, cuando tú estas igual de hundida que nosotros. ¿Mierda de persona? Eres la persona con el corazón mas grande que conozco, mudita, ¿si?

Sus palabras me llegaron y me hicieron llorar. Otra vez. Me abrazó, esta vez mas fuerte.

-Eric. Lo siento.-susurré apretandole.



Cuando ya nos tranquilizamos, salimos de la habitación y me senté en el sofá.

-¿Quieres comer algo?-preguntó.

¿Comer? Desde hacia dias no sabia a penas que era eso. Seguro que en 3 semanas había perdido minimo 5 kilos...

-No. Tengo el estomago cerrado.
-Si... Yo igual.-dijo. Y se sentó a mi lado.

Nos quedamos los dos en silencio. Mirando la tele, pero sin ver nada. Cada uno veía lo que, en aquellos momentos, en nuestras mentes aparecía.

-¿Porque llevas maleta?-logró decir.
-Me voy una semana a casa de mi aiga. Bueno, o eso pretendo. Luego voy a ir a ver si me acoge.
-¿No lo sabe?
-No. Pero me quedaré, ya verás. Necesito ir a algún lado. No tengo ninguna gana de quedarme en mi casa.
-Paula...-dijo.
-¿Que?
-Tengo que pedirte algo.
-Dime.
-Quedate aquí.
-¿Perdón?
-Que te quedes. Mi madre necesita compañia, necesita distracción, necesita superarlo. Y yo no se hacerlo. Tu si...
-¿Yo? Pero ¿que dices?
-Si.
-No se, si es buena idea...¿eh?
-Por favor. Puedes quedarte en el sofá, o en la habitación de... de Álvaro.-dijo eso ultimo con una pausa, una pausa de dolor.
-¿Lo necesitas en serio?
-Por favor.

No me pude negar. Yo me sentía culpable, y, si con eso podia ayudar, me quedaba.

-Vale.-le dije.- Me quedo.

Eric me abrazó, esta vez con un poco de alegria por la esperanza. Luego se levantó y cogió mi maleta.

-La llevo a la... Bueno, a la habitación.-dijo.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
¿Habitacion de Álvaro? No podría dormir. Su fantasma me estaría vigilando en la habitación. Tendría que hacer un esfuerzo.

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